16 noviembre 2008

LA MAGIA PARÓ EL RELOJ. (Caldo de papas)


Bajo el cielo azul de aquel día, el tiempo se paró. Se paró la memoria, las conveniencias, las obligaciones, los planes para mañana. Pararon los sonidos de alrededor y hasta los trabajadores de los cercanos adosados en obras se limitaron a dejar caminar al sol.
En el banco de obra que corría alrededor de la plaza, ella abrazaba la cintura de él, escuchando sólo el sonido de la vida que le llegaba de su centro y de las nubes blancas que se deslizaban sobre sus cabezas, más arriba de los cipreses de la iglesia.
Desde aquel instante de reloj parado pasaron muchas cosas, pero en alguna de las celdas de su memoria la magia ya no volvió a dar cuerda al reloj, con lo que podía volver mientras no olvidara el camino a aquel momento en Mazo, cuando el tiempo se paró.

Muchas veces en mi cocina puedo viajar en el tiempo por las celdas del pasado y rescatar. Como las ocasiones que decido comer caldo de papas.
Una receta canaria, que no estoy segura haga como se hacía tradicionalmente, pero es
la que yo aprendí siendo poco más que adolescente, de unos cuadernos con tapas de cartulina de desvaído azul cielo, que publicaba entonces el Centro de la Cultura Popular Canaria. Sé que en algún momento le añadí el calabacín para aligerarla y por momentos me encapriché en usar orégano que le daba un sabor muy particular y reconfortante (aconsejo probar esta variante). En esta ocasión, tenía cilantro y aproveché para hacerla más parecida a la original.

CALDO DE PAPAS



INGREDIENTES:
Mitad de papas, mitad de calabacín claro
Cebolla
Ajo
Oliva
Cilantro
Pimentón
Huevo
Sal

Se pone a cocinar todo en crudo menos el huevo: Las papas chascadas, el calabacín también a trozos, la cebolla y el ajo picados menudos, chorrito de aceite, sal, pimentón y unas ramas de cilantro.
A medida que se va ablandando, ir escachando contra las paredes del caldero con una espumadera o similar. Así el caldo va ganando en consistencia, engordando.
Apartar el cilantro y terminar de cocinar cascando un huevo crudo y removiendo con un tenedor. El huevo así se cuajará haciendo hebras.
Cuando ya esté , apartar y servir si se quiere con unas hojitas de cilantro.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi me ha transportado a otro lugar, más que a otro tiempo. ¡Qué cosita más rica! Me imagino el olorcillo, el calor de la olla, el sabor.
muchos besitos

Adormidera dijo...

Una vez más se demuestra: eres de las mías!!!
Ay, que me entran ganas de repetir un platito de éstos para cenar.

Otros tantos para ti.

MolyGalicia dijo...

Niña lindaaa!!!!! primero quiero decirte que hoy cuando estuve en la casa de Marhya y he visto que te acordabas de mí me llené de emoción...no te preocupes por lo demás, el mundo virtual no siempre está de nuestro lado...yo sé que me tienes en tu mente con mucho cariño, asi que no te preocupes!!!

En segundo lugar, decirte que estas recetas con historia y entrañables son las más ricas porque nos llenan de recuerdos....y cuando las hacemos no quedan perdidas en el olvido...

Deliciosa receta, para el tiempo frío y triste que nos dá el Invierno (lo digo porque aquí ya estamos en Invierno...)


Besiños corazón....yo no te olvido y sé que tú a mi tampoco!!